PITOPAUSEZ, DIVINO TESORO

A Góngora, en su momento, en un pliego largo lo acusaron de “vivir como muy mozo y galán y andar día y noche en cosas ligeras”, lo que en la época debía de ser tanto como decirle que, teniendo ya una edad, siendo cura, rico y poeta de fama, andaba de puterío. O lo que es lo mismo, que se pavoneaba y picoteaba como un pitopáusico cualquiera. Rápidamente contestó en su descargo que “ni mi vida es tan escandalosa, ni yo tan viejo, que se me pueda acusar de vivir como mozo” y ahí está el quid. Quién coño va a saber quién es viejo y quién es joven mejor que uno mismo, viene a decir el poeta.

Estas cosas las cuenta Cunqueiro, que es, ante todo, un gran mentiroso, aunque por que haya paz y no dar lugar a polémicas se le diga grande fabulador. También es cierto que cita la fuente, lo que daría visos de realidad a estas citas, pero lo es igualmente que traducía con lírica fidelidad a poetas chinos que nunca existieron. Digamos que la anécdota ha de tomarse con una cierta distancia, pero la enseñanza sirve como punto de partida. De estas otras que vienen a continuación, y a cuento, yo mismo doy fe.

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