LA AMISTAD

Hay que tener mucho cuidado con los amigos. Los amigos son un vicio en el que todos, más o menos, acabamos cayendo, especialmente en la infancia y la juventud. Somos animales gregarios y además, al contrario de las cabras o los escorpiones, nacemos inexpertos y fiamos parte de quienes somos al aprendizaje. Una parte pequeña, es cierto, pero en cantidad suficiente para arruinarnos la vida o, con suerte, aprender a trampearla con elegancia. Así que en ocasiones caemos, inadvertidamente, en la amistad.

La amistad, desde luego, no consiste en contarse las penas o hacerse confidencias. Posiblemente sea lo contrario. Se trataría de no hablar de intrascendencias y evitar por cualquier medio hacer valoraciones sobre los asuntos importantes. Puede uno, sin menoscabo de ese extraño e inaprensible vínculo, hablar de sistemas electorales, dadaísmo, bauhaus o migraciones en la Europa medieval. Cosas menos abstractas o más modernas acabarán corroyéndola.

La amistad, al contrario de lo generalmente pensado, es un pacto por el cual te comprometes a no revelar nunca al amigo cuál es tu verdadera opinión sobre él. Y a cambio nunca recibirás de él su verdadera opinión sobre ti. Eso porque las verdaderas opiniones, las verdades en general, son altamente corrosivas, si no letales. La mayoría ni siquiera soportaríamos saber nuestra verdadera opinión sobre nosotros mismos. Eso es algo que se ha de guardar para casos y circunstancias extremadamente raros y trascendentales. Finales de películas y momentos así.

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3 thoughts on “LA AMISTAD

  1. Es que lo que uno opina, primero que no es relevante, segundo, que si tienes opinión pues opinas, que en nada debe afectar, y si afecta que sea para bien.
    Los amigos se deben dosificar como los medicamentos … con prescripción y siguiendo protocolo medido.
    Sólo para curar, no para drogarse.

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