Hay una nueva categoría en el cine, y son las películas «recomendadas para la igualdad de género”. En el Ministerio han hecho toda una normativa, ahora que no hay grandes preocupaciones y lo de gobernar está apacible. Algunas películas van a ser etiquetadas como buenas desde el punto de vista del género. Las otras, el resto, pues no. Inmediatamente, nada más conocerse este arriesgado movimiento de nuestro Gobierno de España, y como no hay acción sin reacción, las bolsas han subido en toda Europa. Y la prima de riesgo anda como más relajada, más suelta, ella. Somos la envidia del continente, en este instante. Y es que es una suerte tener unos gobernantes que se preocupan por nosotros. Que se desvelan por castigar a los malos y premiar a los buenos. En todas las cosas. En la carretera, en internet, en el cine, en… en todo, vaya. Es una suerte.
Esas películas no tendrán un premio especial —por ahora no andamos bien de pasta por lo de la crisis y tal— y los directores, actores y demás tendrán que conformarse con saberse buenos y reconocidos en su bondad. Buenos de género. Esa etiqueta, como los rombos de antes, la dará un comité. Un jurado de hombres y mujeres buenos y sabios, debidamente recompensados por su bondad y sabiduría, decidirá quien o quienes podrán decir con orgullo mi film es gender friendly o así.
Lo que no se yo es qué película que no sea de dibujos animados va a cumplir los requisitos para lucir el galardón. Las que llevan todos los premios en los festivales, es decir, las de directores iraníes, iraquíes y tal no valen. Mucha simpatía pero todas las mujeres con velo. El cine negro, eliminado todo él de un plumazo. Sin una mala mujer, atractiva, fría, calculadora, no hay género. Género negro, digo. Las del far-west, fuera. Y las de guerra y las de época y las de princesas y príncipes. Eróticas, pornográficas y explotadoras de la mujer, fuera también. Todo lo japonés, con lo pervertidos que son ellos, con montones de colegialas atadas, eliminado. Los indios hacen un cine chulo pero claramente machista. Peligroso incluso porque la sumisión de la mujer es sutil. Todo Disney es despreciable para estos menesteres. En general todo lo rodado antes del 2000, por poner una fecha razonable, es sospechoso, muy sospechoso.
Yo soy un pesimista, no un optimista antropológico, y seguramente es eso lo que me impide verle a esto todas sus potencialidades, que seguro que las tiene. Y ese mismo pesimismo me impide ser justo y sabio y ser adecuadamente recompensado por ello.