Japoneses y koreanos, primos hermanos, dicen los chinos. Y se ríen de ellos porque no hay quien los distinga. Tienen la misma facha, me explican, como si no fuera evidente, la misma ordinariez en el vestir, y tal. Y un acento parecido que a ellos les suena ridículo.
Estas cosas os las cuento tal y como me las cuentan. Porque soy el primero que no los distingue. La verdad, ni siquiera estoy seguro de que quien me relata esas maledicencias sea verdaderamente chino. Puede ser perfectamente un infiltrado de la inteligencia japonesa. O surcoreana. O, puestos a creer en teorías conspirativas, vietnamita. Yo que sé.