AMADO HEREDERO

Korea del norte es un sitio estupendo. En filas y con flores vive feliz un puñado de primos de los chinos. Y quien dice un puñado dice cientos de millones, que con los chinos y sus primos nunca se sabe. Como son todos iguales y se están moviendo no sabes si uno ya lo has contado o no. Hay quien dice que lo del análisis del ADN fue por separar a unos de otros. Por distinguirlos. Pues Korea del Norte, o República Popular de Korea, es un país que cuelga de China como una polla blanda, cosa que nunca se le ha de decir a un koreano porque tienen una tendencia horrorosa a llevarlo todo por la tremenda. Son muy suyos. Y tienen bombas atómicas y cohetes para lanzarlas. Están todos los días de todo el año de gresca con los vecinos y los lejanos. Yo, que soy de natural curioso, he intentado informarme y he visto que se encuentran estadísticas del tamaño medio del pene de todos los países menos de Korea del Norte. Y no es que no tengan. Con certeza tienen pollas y tienen estadísticas. Lo que parecen no tener es la combinación de ambas. No obstante si uno ha de fiarse de las caras de las mujeres como signo de su felicidad, los koreanos deben de tener chismes de tigre porque ellas sonríen en todas las fotos. Resulta entonces que los koreanos tienen, presuntamente, herramientas más que decorosas con las que en filas y con flores, satisfacen a las koreanas hasta ponerles en el rostro esas sonrisas populares, socialistas y asiáticas. Así que aunque haga frío, que eso lo sabemos, y poca comida, maledicencia occidental, todos allí son felices como piojos. El tiempo libre, que viene siendo casi todo, lo emplean en alabar a su Amado Líder, que es el Jefe. Oficialmente ésta es la razón por la cual los occidentales, celosos y nerviosos, les manifiestan animadversión. Si Sarkozy y Merkel y Obama los odian es por envidia, porque son amados sólo el día que ganan las elecciones. Allí lo hacen todos los días por la tarde un rato. Ir a Korea era como ir de visita al pueblo. Poca gente y parece que estaban todos esperándote. Te miran mucho de lejos y se acercan poco. Lo tienen todo barrido y ordenado. Están todos limpios y los que pasan lo hacen como que tienen algo importante que hacer, pero te miran demasiado fijamente al pasar. En realidad no van a ningún lado y no tienen nada que hacer. Están curioseando. Quién es el nuevo, parece sano, en qué vino, y tal y tal, comentan en koreano o en el idioma propio de los nativos. Y ellos estaban felices porque, según todos los informes de inteligencia, no trabajaban en nada. Los que han ido allí sólo ven carreteras vacías, calles vacías, edificios vacíos. Fábricas como de juguete, puertos y aeropuertos sin barcos ni aviones. Nadie corre ni se preocupa en demasía. No hay atascos ni urgencias. Nadie parece estresado ni protesta o se enfada. Cómo han logrado toda esa felicidad sin salir de casa era todo un misterio. El secreto por fin ha sido desvelado. El Amado Líder, de tanto trabajo físico e intelectual, de pura preocupación por su pueblo, ha sufrido un colapso y se les ha muerto. Y a mi, ahora que lo cuentan, todo me encaja. El Amado Líder era el que se lo curraba todo y el pueblo rascándola. Inflamadas las tenían, no grandes. De ahí las sonrisas de todos los koreanos y de las koreanas, de ahí la cara de mosqueo del Amado Líder en todas las fotos. Por eso las gafas de sol para disimular las ojeras de poco dormir y de ahí la penita tan grande que les ha entrado a todos por el óbito. Lo que les va a tocar currar ahora. Y, si queréis la prueba definitiva, sólo tenéis que mirar la cara del sucesor y ver que el tipo está jodido. Vaya marrón, colega, oigo sus pensamientos, sacar adelante este tomate yo sólo. Veo al Amado Heredero y lo entiendo. Es más, estoy seguro que la mitad de los empresarios de este país lo entienden. Él se lo curra todo y el pueblo contando los días para las vacaciones y cuantos moscosos me consume irme de puente. Desfilando con trajes de colores, bailando en filas ordenadas, venga a menear banderas como que vienen del fútbol. Machiño, acabar con el capitalismo para esto no te valió la pena. Es que te veo caminito de lo de tu padre, ta va a dar un pum. De las propias fotos se ve que en la organización te han dejado al menos tantos generales como aquí concejales. Eso, créeme, es la ruina. Es que estás peor que un autónomo de los de aquí. A mi verle la carita me da pena, porque hasta me parece que ellas, viciosas, le miran mucho la entrepierna. Y pienso que lo mismo el Amado Líder, hoy el Amado Heredero, tiene que intervenir también en hacer felices a las koreanas a las que les tocó un manta en la cama. Y es lo que le faltaba al pobre, trabajar las veinticuatro horas, como Esperanza en Madrid. No me extraña lo del padre.

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