VISA PLATINO

Ahora aparecen los alcaldes, a los que les andan mirando los extractos de la visa platino, que es una tarjeta que se usa mayormente para ir de putas. Es para lo que vale. Para todo lo demás llega la oro. Yo creo que usan la tarjeta esa porque debe ser un volón ir a un puticlú —”La braga verde”, un suponer— y sacar la pasta en fajos como si la hubieras ganado tu trabajando y tal. Una ordinariez. Y uno se mete a alcalde para disfrutar ayudando al pueblo, no para pasarlo mal. Precisamente para evitarle a la gente esos malos tragos se inventaron las tarjetas esas. Antes los señoritos iban de putas y, como tenían crédito por asiduos, el momento crematístico se posponía. Mandaban ellos luego a un propio con un sobre manila bellamente caligrafiado. Señorita Penélope. O La Pene mismo te enviaba una recadera a casa a recoger el sobre. Pero los alcaldes de ahora cambian cada poco —cada cuatro años o un tránsfuga, lo que suceda antes— y no da tiempo a conocerlos bien, salvo excepciones notorias. Y además a un político ya no le fía ni dios, visto lo visto. Y menos una puta, que se las saben todas. Qué remedio. La visa paga al instante y sin fallos. Un avance tecnológico, aunque por el camino hayamos perdido los sobres con letra pendolada, sustituidos por vulgar pin de cuatro cifras en un TPV. Todo todo no se puede tener. Pues el caso es que revisando extractos de visas municipales salen gastos en puticlús casi cada fin de semana y se me escandalizan los periódicos y los votantes por la asiduidad de la inversión. Aquí el tema, pienso yo, no es cuanto ni cuando, el tema es si. Digo y me explico. Que follar no es como operarse de algo, que vas una vez y ya está. Operado quedas y listo. La esencia de follar, para despistados lo repito, es repetir. Lo mismo que le pasa a lo de comer. De ahí que las mayores partidas de inversión de los ayuntamientos sea en restaurantes y putas. El asunto está en que el personal anda revuelto por tanta inversión. Y yo tengo opinión, y muy firme y razonada, a favor. La pregunta es si tiene efectos positivos tanto consejero de CCAA, tanto concejal, alcalde, diputado autonómico y enchufado de empresa pública comiendo y cenando entre semana y los fines de semana en restaurantes a cuenta del presupuesto. Y la respuesta es que si. Hemos conseguido que un país de guisotes grasientos en bares cutres de carretera haya alcanzado las más altas cimas de la excelencia culinaria en sólo unas décadas. Esto, que parece una coña, tiene una repercusión enorme, planetaria. Todos por todas partes hablan de Adriá. Y todos se olvidan de que la facturación de todas esas factorías de innovación culinaria, verdadero I+D+i de los fogones, es resultado de un decidido, constante y silencioso empeño de la clase política española. Cientos y cientos de individuos esforzados que ponen su hígado y sus coronarias en riesgo al servicio de un sector clave de la industria patria. Un esfuerzo en el cual los partidos, sin alharacas, han alcanzado un verdadero pacto de estado. Otros sectores se subvencionan y sólo se consigue pan para hoy y hambre para mañana. En cambio aquí tenemos un caso de éxito perfectamente exportable a cualquier país del tercer mundo. Volviendo al tema de si está bien pagar las putas con la visa platino del Ayuntamiento, la respuesta es que si dices que si, que un poco si, pues que luego no te quejes. No protestes diciendo que si demasiadas veces, que si muchas consumiciones. La frecuencia queda al gusto y capacidad del consumidor. Tres o cuatro a la semana está bien, que lo veo yo un régimen adecuado. Si están solteros pues que algún día se aguanten y si casados que algún día los aguante la legítima. Más de eso quizá no, que a partir de un punto las aficiones son adicciones. El tema de las putas, aunque se ha visto una enorme mejoría en instalaciones y el nivel profesional, pues que no es especialmente exportable. Eso es que no van a poder hacerse anuncios, salones, catas y simposios, como con las cosas de comer. Sacarle rentabilidad va a ser más difícil, a pesar del empeño de los políticos. Además el tema no está del todo maduro, aquí si que hubo egoísmos. Cada uno tirando para casa y en cada ayuntamiento un puticlú, igual que cada provincia quiso su aeropuerto. Mucho espíritu emprendedor, ilusión toda, pero ahora hay que mantener esa infraestructura funcionando, esos empleos. Visa España recomienda un consumo responsable, le van a poner por detrás a las tarjetas. Como a los anuncios del wiski. De todos modos, por el tema de la crisis, vamos a tener que apretarnos el cinturón, que ya vale de llevarlo suelto. Lanzo la propuesta de que, todos responsablemente, elijamos a alcaldes guapos, como medida de ahorro y reducción del déficit. Votar comparando a los candidatos con George Clooney, suponiendo. Léase que sería elegir un candidato barato porque se las ligue él. Y mirando que ya venga con los trajes elegantes comprados, así nos ahorramos disgustos.

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