«Mi padre, no, mi madre, no dejaba de importunar a mi padre, preguntándole si la quería. Mi padre quería a mi madre, así que le respondía que sí, que la quería. Sin embargo, mi madre no le creía, o si le creía, hacía como que no le creía, y le pedía constantemente pruebas –en esto se resumía dicha importunidad–, y por ejemplo le preguntaba –el 25 de Abril– si podía asegurarle que la querría todavía el el 5 de Mayo. Mi querido padre sacaba la agenda.»
— Péter Esterházy – Armonía Celestial