A vosotros los modernos, a vosotros los hijos de la reflexión, os incomoda el amor entendido como goce supremo, os incomoda la divina jovialidad.
Ese amor os trae desgracias.
Os hacéis vulgares en cuanto queréis mostraros naturales.
La naturaleza se os presenta como algo hostil; a los risueños dioses de Grecia nos habéis convertido en diablos y a mi, como a todas las diosas, me habéis transformado en una diablesa.
Lo único que sabéis hacer es, o bien desterrarme y maldecidme o bien inmolaros como víctimas ante mi altar, poseídos por una locura propia de bacantes; y si uno de vosotros ha tenido alguna vez la osadía de besar mis rojos labios, peregrina descalzo y con hábito de penitente a Roma y aguarda con paciencia que florezca su seco bastón, mientras bajo mis pies brotan a todas horas rosas, violetas y mirtos, cuyo perfume no percibís.
– Leopold von Sacher Masoch