«Devorando kilómetros mientras tarareo Blue Skies, como una exhalación por las negras, líquidas extensiones de la Nationale Sept, los plátanos que hacen ‘sha-sha-sha’ por la ventanilla, el parabrisas cada vez más amarillo por los mosquitos despanzurrados, ella a mi lado y la Michelín en su regazo, el cabello sujeto con un pañuelo…”
–Cyril Connolly – El sepulcro sin sosiego