La indiferencia del camaleón es fingida. Y su estrabismo parsimonioso responde a una calculada estrategia de despiste. Así hago yo con los culos. Como que no. Que no va conmigo. Como que miro para allá y tal. Pero en realidad estoy ojo avizor. Acechando cauteloso desde mi anodina transparencia social. Desde mi inexistencia sentimental. Revolviendo pensamientos lujuriosos como el lagarto policolor su lengua a la espera del momento idóneo de abalanzarme.