Yo quería ser pirata malayo. Quería ser Yáñez el Portugués, secuaz de las correrías del Tigre de Mompracem, acodado en la proa con botas altas, traje blanco de lino y sombrero panamá. Dirigir en combate a fieros y aguerridos guerreros armados con kampilongs y sedientos de sangre inglesa. Navegar en un phrao el Mar de la Sonda, el Selat Sunda, viendo el amanecer, con poco trapo y viento de través, sorbiendo té y fumando el último cigarro. En la mar no hay encrucijadas. En la mar no hay caminos por los que dejarte ir. La mar exige saber quién eres y a dónde vas. También exige mear a sotavento, cagar en un balde, comer lo que hay y dormir en un coy. Andar húmedo de mar y sudor, hablar a gritos y quemarte de sol. Yo quería ser pirata malayo, pero se me cruzó una morena bella y cambiante y exigente como la mar. Una mujer de las de verdad, de las que te exigen saber quién eres y a dónde vas, y se me olvidaron de golpe todas esas tonterías. Ayer se cumplieron 25 años de nuestro juramento pirata y llevo medio siglo viviendo de las ganancias de esa mano.
Enhorabuena a los dos por los 25 años de amor. Ser pirata malayo está sobrevalorado.
Gracias. En cuanto la ví lo supe.
¡ Me sumo de corazón a las felicitaciones !
Gracias!!