Estoy bastante seguro de que el más allá es una sala de espera iluminada por fluorescentes, con sillas tapizadas de skay azul marino y una mesa de metacrilato con revistas viejas del corazón. Allí suena siempre música de ascensor y la temperatura está en la banda baja de lo confortable; sin llegar a pasar frío lo sientes cerca y alrededor. Todo es funcional sin llegar a desagradable y cómodo sin llegar a placentero. La gente es silenciosa y educada y no muestra signos de nerviosismo; todos parecen saber a qué están. Quizá es que los protestones, los gritones, los que inician conversaciones no deseadas y los que se cuelan en las colas los envían a otra sala, quién sabe. El tiempo parece no pasar y posiblemente sea así, posiblemente las cosas allí no están ocurriendo sino que ya han ocurrido. Estoy tan razonablemente seguro de esa anodina placidez que acepto apuestas a que realmente es así. Cuando lleguéis buscadme y me pagáis. Soy el tipo con gafas y barba que lee el HOLA! de la boda de Grace Kelly y sonríe.
Ese Más Allá se parece a Corea del Norte.
Entonces yo posiblemente sea Cao de Benós. :))