Llevo unos días durmiendo mal y se hacen largas las noches y en estas que divagando entré en pérdida, como las empresas o los aviones. Acabé pensando en la imposibilidad de olvidar cosas que quieres olvidar y dándole vueltas a aquella cosa de Eco sobre el imposible Ars Oblivionalis. Si bien podemos forzar a la memoria a recordar ciertas cosas no somos capaces de forzarla a olvidar nada. Insistir en olvidar fija el recuerdo y tal y tal, lo cual que el olvido es siempre involuntario, una decadencia. De ahí pasé a envidiar a los ingleses que siguen usando oblivion porque es una palabra estupenda, con esas blv así todas seguidas. Los franceses dicen oublier, que pierde la v y con ella toda la gracia. A partir de aquí empecé a mirar en el Google Translate, que no cierra de noche, y descubrí que los catalanes dicen oblit y que los italianos tienen muchos sinónimos y uno de ellos es oblivione, con lo que ya me gusta más el italiano que hace un par de días. También dicen ovlito, que suena un poco ridículo, y dimenticare, que podría ser el nombre de un seguro médico. Con estas temporalmente olvidé y caí dormido. Pero por esas trampas de la memoria he vuelto a acordarme de lo bonita que me parece la palabra oblivion-oblivione y lo triste que resulta que no la tengamos así tal cual en castellano y de ahí, recorriendo el camino en orden inverso, me ha venido de nuevo a la memoria aquello que quería olvidar.