El 21 de Septiembre de 416 Rutilius Claudius Namatianus sale de Roma en compañía de algunos amigos que le despiden emocionados. Marcha a Ostia, a tomar un barco de vuelta a la Galia, de donde supone que no volverá. Hace el viaje en barco porque la vía Aurelia, que corría paralela a la costa, de Roma a la Galia, en esos tiempos ya era muy insegura por la creciente debilidad del imperio. Él piensa que esa decadencia se debe a dos factores, la creciente fuerza de los bárbaros desde fuera y la creciente influencia de los cristianos desde dentro. Así abandona Roma con tristeza, donde había estudiado literatura y leyes y hecho carrera como servidor del estado ejerciendo de magister officiorum y praefectus urbis, y vuelve a la Galia por deber. En Ostia ha de esperar quince días, desde el 22 de Septiembre al 7 de Octubre, a que cambie la luna y con ella llegue el viento adecuado y entretanto imagina y oye en la distancia el griterío de los juegos en el Coliseo. El 7 de Octubre parte hacia el norte en una flotilla de barcas, que en invierno son mucho más seguras que los mercantes. Navegar cerca de la costa y refugiarse en cualquier ensenada es garantía de seguridad.
Navega quince jornadas, pero ese viaje le ocupa del 7 de Octubre al 21 de Noviembre, y no ha llegado aún a la Galia, sólo hasta Luna. El viaje de Rutilius es el relato de quince paradas y las correspondientes travesías. Durante el viaje, además de describir el paisaje, evoca el recuerdo de sus amigos, cultos y paganos como él; para a visitar a alguno, Albinus, que lo acoge en su villa y con el que inspecciona las instalaciones de unas salinas; para en Faleria, donde asiste a un festival en honor de Osiris; para también en el Puerto de Pisa, desde donde hace una excursión de varios días hasta la ciudad, en la que admira y se emociona ante una estatua erigida en honor de su padre, Lachanius, quien había sido, entre otros cargos, consulares tusciae y dejado grato recuerdo.
En fin un hombre que, tras haber sido alto funcionario imperial, disponiendo de todo su tiempo, se jubila y vuelve a casa en un yate con el que costea Italia parando a despedirse de amigos y conocidos. Se despide también y al tiempo del imperio tal y como lo ha conocido y se lamenta de la pujanza de las fuerzas que lo están destruyendo, bárbaros y cristianos. De todo esto dejó constancia en un poema, De reditu suo, escrito quizá mientras navegaba, quizá ya en la Galia, y que se conserva incompleto.
Y todo este rollo viene porque he estado leyendo sobre este tipo y su poema y como es imposible no establecer comparaciones con ciertas cosas que están pasando me ha dado por imaginar que Rutilius Claudius Namatianus, el galo jubilado que fue prefectus urbis, se sentiría como en casa visitando y escribiendo para el ChopSuey.
Su problema sería el ordenador, y el teclado QRTY…o AZRTY si es en la Galia.
En la Galia se encontraría con problemas parecidos a los de entonces.
Los Bretones de la Armorica, ya no son como Axterix, pero siguen con sus cosas.
Los Bárbaros del norte y cristianos, han sido sustituidos por gentes del sur y del este, y cristianos quedan pocos.
El nivel de vida sigue siendo parecido, y el régimen político y legislativo, con matices, sigue similar.
Lo dicho, su único problema sería el teclado AZRTY…y que las atracciones tienen menos sangre.