TEORÍA INTER-UNIVERSAL DE TEICHMÜLLER

En agosto del 2012 Shinichi Mochizuki colgó en internet unas 500 páginas en cinco pdfs sin decírselo a nadie. Este pasado día 11 de diciembre acabó en Oxford una reunión de matemáticos al más alto nivel para ver si entre todos entienden algo de lo que publicó hace tres años y medio ese japonés educado en los USA.

Los científicos locos, solitarios y excéntricos se han acabado en todas las materias, excepto, quizá, en las matemáticas. Todos trabajan en grupos enormes y para buscar un bosón se junta más gente que en algunas huelgas generales. En cambio en las matemáticas, que son mucho de no distraerse, sigue habiéndolos. Perelman parecía haber sido el último de ellos, hasta que apareció Shinichi con esos 500 folios de lo que, a simple vista, a sus compadres de la matemática al más alto nivel les pareció jitanjáfora. Como Shinichi era un tipo respetable y respetado por anteriores aportaciones todos quedaron poco menos que boquiabiertos. En esos papeles habla de frobenioides, anabelioides y formula la “Teoría Inter-Universal de Teichmüller”. Qué pueden ser esas cosas no me lo pregunten a mí, que saco la lengua para sumar llevando, pero supuestamente resuelven la Conjetura ABC, una especial relación entre los factores primos de los sumandos y la suma. Si eso se resuelve es la caña. ¿Por qué? Pues porque permitiría resolver muchos otros problemas que vienen detrás.

Shinichi no avisó a nadie de que había resuelto esa conjetura ni que colgaba los pdfs; al parecer sus colegas se enteraron por el Google Alerts unos días después. Tampoco quiso contestar preguntas sobre el asunto; invitado a dar una conferencia sobre el asunto contestó que no, que una tarde no llegaba. Pues vente una semana, Shinichi, le dijeron, por pasta no va a ser, y que una semana tampoco llegaba. Algunos lo visitaron, por ver si les explicaba el asunto y verificar, estas cosas se notan mejor en el cara a cara, si había enloquecido de trabajar solo durante diez años. Los que allí han ido dicen que rige estupendamente y es encantador y educado. De éstos algunos afirman que han llegado a entender la “Teoría Inter-Universal de Teichmüller” pero, como Shinichi, luego no son muy capaces de explicarla; empiezan a hablar raro como él y se retraen un poco. Un matemático ha llegado a decir que a esos tipos les pasa lo del gag de la Monty Phyton sobre el chiste más gracioso del mundo: si te lo cuentan te mueres.

Como dije, esta semana pasada, del 7 al 11, se celebró en Oxford un seminario de lumbreras que intentaron entender la teoría Inter-Universal. Todos tenían mucho interés en el asunto porque Shinichi, esta vez sí, prometió contestar algunas preguntas por Skype, desde su casa en Japón. No sé nada de los resultados ni los entenderé cuando los expliquen, pero tengo interés en saber si Shinichi es un pirado, un genio o las dos cosas al tiempo, como Perelman.

Yo creo que todo esto va a ser muy importante. Cualquier cosa que ocupa 500 folios de fórmulas matemáticas enormemente abstractas es importante. Pero también creo que no va a cambiar las reglas del universo. Al fin y al cabo si te cambian el universo normal por uno de Teichmüller tienes que notar un temblor, una perturbación en La Fuerza, un algo, que no se ha sentido.

One thought on “TEORÍA INTER-UNIVERSAL DE TEICHMÜLLER

  1. Normalmente este devanarse los sesos en el mundo de las matemáticas tiene implicaciones cero para los mortales de a pie (nosotros).
    Y si acaso las tuvieran, normalmente sería para mal.
    Al oriental no lo conocía, de la teoría esta que citas, tampoco tenía ni idea (cosa nada extraña por otra parte).
    Pero al Perelman, si que tenía noticias de él y de la resolución de la famosa «Conjetura de Pointcare».
    Es un elemento de cuidado, que ni se deja perturbar por los premios ni los diplomas, ni la pasta larga que le ofrecían.
    Creo que todavía no han conseguido definir, si su solución es válida o no, habida cuenta de que esas matemáticas están sólo al alcance de 4 tipos, y uno de ellos es él, que no quiere colaborar, ni de lejos.
    También se necesitaron más de 300 años para resolver uno de los problemas más difíciles planteados, (el famoso enigma de Fermat) pero la verdad es que tanto la ciencia, como la tecnología se las supieron arreglar sin esas soluciones tan exactas.
    Es acojonante poderse dedicar en cuerpo y alma durante lo más eficiente de tu vida intelectual a tratar de resolver un problema, para además darte cuenta al final de que tu solución es falsa…
    IMPRESIONANTE, pero sólo para ellos. Para su mundito abstracto y «elegante» en el que todo se resuelve con lápiz y papel, sólo con cerebro, sin fuerza bruta tecnológica, incapaz de abstraerse tanto.
    Son unos artistas, unos poetas en verdad…

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