Vacío, como el vaso de un moribundo, como el espacio entre dos estrellas, como la mano de un mendigo. Como el alma de un asesino, las horas de un náufrago o la apariencia de un nuevo rico. Triste, como el muerto en su entierro, como un grumete en puerto, como una playa en invierno. Como un poeta adolescente, una novia abandonada o una flor cortada. Solo, como un gitano en Oslo, un alpinista en Holanda o un panda en el zoo. Como el guardia en su garita, la puta una noche de nevada o el condenado a muerte en esa hora fría antes del alba.