MILES DE MATICES DE BLANCO

Luis es un tipo inteligente e interesante, educado y culto, extremadamente socarrón y elegantemente prudente. Tiene una mata como la de Henry-Levy, entreverada de canas como el buen jamón de grasa, lo que le da un aire de maduro interesante, atractivo que se ve potenciado por una absoluta inconsciencia del efecto que produce en las mujeres. Si le comentas algo siempre te devuelve una mirada aguda desde un ángulo distinto y tiene ese sentido del humor que huye del chiste y se prodiga en comentarios que empiezan como caricias y acaban como enérgicas friegas con un estropajo. Económicamente tiene un buen pasar, de manera que podría pasarse los días por ahí donde quisiera. Una mezcla de vieja burguesía vasca y CTV*. Pero no todo es maravilloso: es de izquierdas. Eso no le limita nada el día a día, es una persona normal el 90% del tiempo, salvo cuando se tocan un par de asuntos. En primer lugar es capaz de ver enormes diferencias en el espectro político que va de la izquierda del PSOE hasta Podemos. Se sabe las cosas de esa gente. Por ejemplo la Marea que gobierna Coruña no tiene nada, pero nada que ver con Podemos, Carmena, Colau o Kichi. Estos tres destruirían España, son unos anormales y unos revolucionarios descerebrados. La Marea no, y te lo explica, si es necesario, punto por punto. Cómo esto sí y aquello, que parece lo mismo, en realidad no lo es. Si alguien es capaz de distinguir el Frente Judaico Popular del Frente Popular de Judea es él. Creo que en parte, aunque sólo en parte, que esto ya pasaba antes, es porque se siente identificado con el Xulio Ferreiro. Este también es, me dicen, un tipo inteligente e interesante y también, por vía conyugal, tiene lana, tanta como para disfrutar de las ventajas fiscales de una SICAV. Luis, por otro lado, no ve ni un sólo matiz en todo lo que sea derecha. Eso comprende desde el centro del PSOE hasta Falange Española. Es todo negro, la misma masa informe, sin diferencias, mismos perros con distintos collares. Sus fines, sus intereses, sus intenciones, son exactas e inamovibles. Los moderados del PSOE son extrema derecha camuflada para mejor conseguir sus fines fascistas. Como los esquimales, es capaz de distinguir miles de matices de blanco pero todo lo oscuro es negro. Por supuesto, la transición fue la trampa para colarnos la continuidad del régimen, el gobierno de Franco en la sombra, la constitución es una estafa, no existe verdadera libertad y tal. Luego está lo de la policía. Si quiero enfadarlo menciono a la Policía o la Guardia Civil. En la facultad le zurraron un par de veces en asambleas, en alguna manifestación y a la salida de bares. Te cuenta cómo, en Portugalete, los civiles sacaron a la clientela de una tasca, hicieron un pasillo con las porras y según iban pasando les zurraban en cabeza y piernas. Esto, que pasó como mínimo hace cuarenta años, lo cuenta como si le dolieran los moretones y creo que le duelen. De ahí que todos los policías y guardias sean, literalmente, sin excepción y sin posibilidad de redención o perdón, alcohólicos sádicos maltratadores que dedican las horas de su vida a ejecutar la agenda secreta de ese negro sin matices que ocupa la mitad del espectro político. Es sacar el tema y asistir al colapso de un embalse. Aparece una pequeña fisura que pronto es una grieta y de improviso se derrumba y todo eso que estaba contenido se desborda y arrasa. La inteligencia, el sentido del humor, la educación y la prudencia se van, literalmente, a tomar por el culo. Un guardia es igual, por definición, a otro guardia, y todos ellos idénticos a aquel que le zurró hace cuarenta años. Un tipo al que no conocía y sobre el que proyecta los defectos que más desprecia: irracionalidad, descontrol de los impulsos, desprecio por los demás, falta de educación, carácter violento.

*De Coruña de Toda la Vida.

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