CON EL DEDO GORDO

«Y si lo queréis ver, leed a Plinio, que trata de muchos; y así dice por autoridad de Crates Pergameno, que en el Helesponto hay unos hombres que llaman Ofrogenes, que sólo con tocar a los heridos de las serpientes los sanaban, y poniendo la mano encima de la herida echaban fuera la ponzoña. Y Varrón dice que en la mesma región hay hombres que con saliva sanaban las mordeduras de las serpientes, y podría ser que fuesen todos unos. Isígono y Nimfodoro afirman que en Africa hay ciertas gentes que aojan de tal manera, que todo lo que miraban y loaban con afición, perecía, y los árboles se secaban, y los niños se morían.
Y el mesmo Isígono dice que en los Tríbalos e Ilíricos hay cierto género de gente que en mirando a algunos con ojos airados, si se detienen mucho, los mataban, y que estos tenían en cada ojo dos niñetas;  y Solino cuenta lo mesmo de unas mujeres que había entre los Scitas.  De Pirro, rey de los epirotas, dice Plutarco en su vida, que tenía tal propiedad o gracia en el dedo pulgar del pie derecho, que a quien quiera que tuviese mal de bazo, tocándole con él, sanaba luego, y otros autores  dice que también sanaba de otras enfermedades.»
–Antonio de Torquemada. Jardín de flores curiosas.