ESCRIBIR CON UN LÁPIZ

Es chulo escribir con un lápiz. Aprendimos a escribir con lápices. Pesan poco, se agarran bien y tienen algo especial que hace que sea agradable sostenerlos entre los dedos. Y como la punta se gasta pronto en el ángulo exacto de la escritura, es muy cómodo. Y tienen la gran ventaja de que desde el mismo instante en el cual levantas la vista y lo ves ahí, sobre el escritorio, y decides escribir con él en un papel o en un cuaderno sabes perfectamente que lo que escribas podrás borrarlo. Read More

VIVIR COMO PÉREZ 004

Empezamos justificando el plan de la obra. Y lo decimos alto y claro. Esto, señores, es un puzzle. Un puzzle artesanal, complicado en ocasiones, sencillo en otras. Habrá muchas cosas. Montones de cosas. Pasote de cosas. Plumas viejas, latas de membrillo con litografías de bebés, sombreros panamericanos, tazas de te de la china. Mantones de Manila, minerales africanos, fósiles de trilobites, cascos de cerveza, condecoraciones de ultramar. De todo eso vamos a tener a porrillo. Se van a hartar ustedes de hojear libros viejos, folletos viejos, fotografías viejas, carnets de baile viejos, cartas de amor viejas y correspondencia comercial vieja. Las partituras, que las habrá, son todas, por definición, viejas. Las imprimen así de propósito. A los músicos les encanta que parezcan impresas en época de Mozart. Read More

VIVIR COMO PÉREZ 003

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Un piano es un mueble al tiempo que un instrumento musical. Esto, que no ocurre para otros instrumentos ni para otros muebles, le da al piano un carácter peculiar, cuando menos. Así en las casas bien en las que entra un piano éste suele ser colocado en una sala grande, en un salón o en una galería. En una zona común, en todo caso, que facilite la interpretación y la audición. La casuística es, resulta notorio, enormemente variada. Read More

LA BRAGA GRIS

La braga gris está delante de mí, escueta, en una foto de esas del ciberespacio. Uno dice braga gris y ya se da cuenta de que quien lo oiga o lea no se va a hacer una idea exacta de qué estamos hablando. Una braga gris puede evocar un mundo gris, triste. Qué sé yo. Una realidad cutre, de fútbol de tercera división, domingo con lluvia en bar de pueblo o lunes frío en polígono industrial. Nada muy sugerente. Por eso, para deshacer ese posible malentendido, es necesaria una descripción detallada de la braga gris y de, importante detalle, aquella porción de realidad, de carne gloriosa, que ella delimita y apenas encierra.

La braga gris es de algodón, de ese algodón finito y suave del que confeccionan ahora las bragas. Es el mismo, calentito y elástico, con el que hacen algunos muñecos de peluche. Cómo pueden fabricar algodón elástico sin que deje de ser algodón, se pregunta uno a veces, maravillado del cariño con el que se pega al cuerpo que cubre. Con qué eficacia se ajusta sin dejar de tener ese tacto y apariencia suaves.

La braga gris es de un gris clarito de braga de estar en casa, de vestirse para estar cómoda y gustarse quien se la pone. No es una braga para salir a un escenario o intentar impresionar. Quizápor eso impresiona y gusta. Tiene un color uniforme que adquiere, misteriosamente, sombras y tonos que van desde el casi blanco al gris marengo. Ese misterio aparente se debe a la luz y, sobre todo, a su ajuste a las curvas del cuerpo que abraza. Al pegarse con esa eficacia, sin dejar ni medio milímetro de holgura, la braga gris se apropia de los volúmenes. Cada mínima curva y rugosidad, aún quedando oculto a la vista, se revela por su volumen. Y la braga opaca se vuelve transparente para el ojo lujurioso. Y es que la braga gris desnuda la carne como la escultura clásica desnuda los cuerpos, eliminando el color y dejando que sea la forma la que hable por medio de la sombra. Que recite.

Esa braga es de esas bragas que se alzan sólo hasta las caderas, ni un milímetro más, y que allí, a cada lado, tienen de ancho apenas medio centímetro. No podemos decir que es un cordón, porque no lo es, pero casi, casi. Puede decirse que la braga gris, tal y como sale en la imagen ciberespacial, es un mínimo triángulo de tela estirada que se adhiere al cuerpo. Si puede Vd. imaginarse un triángulo isósceles invertido según la convención clásica de su representación, hágalo ahora. Imagine la figura de modo tal que el ángulo formado por los dos catetos apunte hacia abajo y la hipotenusa quede convertida en horizonte o playa contra el que rompen las olas suavísimas de una barriguita de muñeca. El ángulo de los dos catetos aparenta estar truncado pues se curva, aleja y desaparece de nuestra vista entre los comienzos de dos piernas blanquísimas, recogiendo y sosteniendo un Monte de Venus de curvas perfectas.

En esta foto la braga gris es elemento de transición entre un fondo apenas iluminado, oscuro casi negro, y la carne de un cuerpo menudo de curvas suaves, volúmenes proporcionados y piel clara y casi transparente. Así la braga ocupa los tonos medios de la fotografía venida del ciberespacio. No es la oscuridad, no es la claridad. La braga se interpone entre un cuerpo desnudo y libidinoso que brilla sobre el telón oscuro de la realidad, haciendo posible la transición entre la carne y el mundo.

Ese cuerpo, por encima de la cintura, es decir por sobre la hipotenusa ya nombrada, es liso, llano, mar en calma o cielo despejado, con apenas una curva de suave ola. Tan bella y delicada que piensa uno que era innecesaria fisiológicamente y ha sido allí puesta únicamente para el deleite de la vista. De ahí hacia abajo, por el contrario, curvas y volúmenes se precipitan. Sin llegar a ser bruscos se multiplican, dividen e intersectan. Destaca, bellísima, la que se forma en el lugar en donde el ángulo de los catetos desaparece, abrazando el Monte de Venus de una ingle a la otra. El espectador seguramente imaginará que ese ángulo muere exactamente en dónde debe encontrarse el ojo del culo. Cualquiera se fijará, además, en los valles, más suave uno más abrupto el otro, que desde las ingles recogen la caída natural del cuerpo en esa zona y la conducen, también, a la escapatoria de Venus, donde parece que todo confluye.

Cuando miramos a la braga gris nos asalta la sensación de estar viendo a una bella joven desnuda, algo incierto puesto que la braga tapa y no desvela. Esta sensación desconcertante y por momentos abrumadora se debe a que el vestido, para ser vestido, ha de guardar una  cierta proporción entre la superficie cubierta y la descubierta, entre el color de la piel y el de la vestimenta, entre el volumen del cuerpo cubierto y del ropaje que cubre. Cuando hay una evidente desproporción el vestido deja de serlo y se convierte en otra cosa. Los complicadísimos vestidos de algún Carnaval, no son vestido sino artefactos construidos para ser brevemente habitados por hombres o mujeres.  Y al contrario, si la llamada vestimenta es tan breve como por ejemplo la braga gris no se le puede llamar tal ya que no cumple ninguna de las funciones del vestido. Se convierte por su breve tamaño y su adherencia al cuerpo en un adorno. Un complemento como lo es un sombrero o un bolso. El ojo no la ve como elemento utilitario que aprovecha para embellecer, sino como puro adorno sobrio. Por ello, lo que finalmente vemos es una bella joven desnuda adornándose con una braga. Gris.

Y finalmente, de un modo misterioso y extraño, la braga gris nos trae, sabe Dios de qué recoveco oscuro o iluminado del cerebro, el recuerdo de un culo que no vemos. Un culo pequeño, redondo, no muy respingón, un poco de efebo clásico. Un culo simétrico, manejable, de consistencia atlética y volúmenes delicadamente rotundos. Un culo sin contemplaciones, moderno, activo. Un culo que en ese volumen que adivinamos reducido condensa la mayoría de las curvas de la naturaleza. Lo que no vemos y no acertamos a adivinar es qué hace la braga gris con ese culo, porque si se han inventado cien maneras de resolver el peliagudo tema del Monte, hay más de mil para cubrir con tela un culo. Ante una inmensidad de tal calibre cualquier observador sensato ha de rendirse.

EL JUEGO DEL MENTIROSO

A mi el fútbol no me ha gustado nunca. Ni de pequeño en el patio del cole o en la tele. Eso no quiere decir que en ocasiones no me anime a ver un partido, generalmente una final del mundial. Hasta ahí llega mi interés. Y la última no la vi completa. El excesivo nerviosismo y griterío ambiente me desagradaban bastante. Normalmente dar vueltas intentado saber por qué te gustan las cosas que te gustan es suficiente pérdida de tiempo. Y es que por regla general lo que no haces no es lo que te define. Read More

CAJAS DE PUTAS

Leo el periódico y es todo un ir y venir. Un sobresalto. Los mandamases de las cajas han ido cayendo uno tras otro, todos por el mismo asuntillo. Esas jubilaciones que de tan anticipadas y cuantiosas son veloces y blindadas, adjetivos de la blitzkrieg. Se nos metieron dando un rápido rodeo en donde teníamos los dineros y aunque ya todos lo sabíamos, ahora que hay crisis, llegan los fiscales y gritan ¡Qué escándalo! ¡Aquí se juega! y mandan desalojar. Yo los imagino con guerrera blanca y ros, como Renault, aunque sé que van de negro. Es decir que son más tristes y sosos, menos cínicos y divertidos. Al fin y al cabo esto es una crisis, no una guerra y la diversión es proporcional al caos. Y de pronto hacen esfuerzos por creerse a si mismos detrás de una pila de códigos y decretos, autoengañándose. Pensando que de verdad no lo sabían y en quién puede que recuerde que sí lo sabían. Porque ellos, de saberlo, digo, hubieran actuado antes y no habrían ido a todas esas cenas, comidas, congresos, simposios, celebraciones y saraos. No hubieran aceptado todas esas entradas para conciertos, óperas, exposiciones y estrenos que las respectivas obras sociales repartieron gratis total. No hubieran dicho lo que dijeron en los actos de entrega de medallas, honores, reconocimientos, placas e inauguraciones. Ni ellos ni todos los demás. Jueces, Delegados del Gobierno, Subdelegados de lo mismo, Consejeros de Comunidades, Presidentes de Comunidades, etc. Pero, ¡Quién podía imaginarlo! Que se lo estuviesen llevando crudo. Eso nunca había pasado. En breve el autoengaño dos. Tras quitar la caca del perro de la alfombra y meter la ropa sucia detrás de la puerta tenemos la casa para recibir visitas.

VIVIR COMO PÉREZ 002

Por las escaleras llegaron en su día los materiales con los que el Sr. Respaillet, un ya olvidado vecino del piso segundo, construyó la que fue la decimosexta radio de galena de la Ciudad. Una bella caja de madera en la que se situaba una piedra de galena sobre la cual se iba moviendo un fino alambre de metal, que los entendidos llamaban bigote de gato, para sintonizar las emisiones. Read More

MIRA MI DEDITO

Puedes ser tonto o hacértelo. El segundo caso a la gravedad añade el dolo. Baltasar se lo hace. Ordenó grabar todas las conversaciones de unos detenidos con sus abogados con el argumento de que podían colaborar con la destrucción de pruebas y la ocultación del botín. El nivel medio, de todos modos, no es el de Baltasar con su resoluciones. Es la media entre las estupideces de los fiscales que las alentaron y las defienden, las de otros magistrados por delante de los cuales pasó esta aberración y les encantó ver cómo Baltasar tenía huevos para tomar esas decisiones y el aplauso generalizado de la masa entre estúpida e interesada que las justifica por las buenas intenciones que exterioriza. Un sistema, el que sea, tiene mecanismos para lidiar con malvados y corruptos. Read More

UN TEATRO SOBRE UN CIRCO

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Si pudieras tener veinte minutos de conversación franca, abierta y sincera con tu yo mas profundo ¿Qué le dirías? ¿Qué te diría? Probablemente dirías banalidades, cosas que él conoce perfectamente, obviedades fragmentadas e inconexas. Y escucharías, si atiendes, una enorme sarta de verdades que ya conoces y no recuerdas; de evidencias que resonarían en el interior de tu cabeza como ecos de melodías, versos e imágenes ya vistas y oídas. Ya lo sabes todo sobre ti. Solo atiende. Veinte minutos libres los tiene todo el mundo todos los días. Pero temes reconocer la melodía, la estrofa y la película. Temes la certeza de que te estas traicionando profundamente. Temes reconocer que intentas construir un teatro sobre los cimientos de un circo.

FACEBOOK CUBANO

Me sopla un pajarito que en la isla maravillosa inauguran un rollo tipo facebook. Que chulada, ¿no? Estas cosas al final siempre son así. Se pasa del siglo 19 al 21 de un plumazo. Como del tres al quince cuando llegó Cristóbal en una carabela. Cuba ahora es una isla de siglo 19, que viene a ser el siglo de la idea comunista. Cuando la praxis llegó a la isla ya llevaba años matando de risa y otras patologías a gentuza en gulags y campos por todo el oriente europeo. Read More