Una vez más se ha cumplido un giro completo y me veo jadeando ante unas velas y el destino que se estrecha. Hace nada, ese día, como en cada ocasión en la que me espanto, para no caer, me agarré a la goma de tu braga confiado en que tú a mi clavo ardiendo. Porque eres socia fundadora y presidenta de ese club al que nunca podría pertenecer y en el que estoy sólo por seguirte, porque fuera ya no hay nada.
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LOS PUROS
Tanto Podemos como Ciudadanos exigen al PSOE, para empezar a negociar, que expulsen de sus filas a Chaves y Griñán. De Podemos no me extraña. Los puros son así. No hay forma de demostrar la propia pureza más que persiguiendo impuros. Esto se puede hacer por activa con inquisiciones y purgas, o por pasiva, dejándose apalear como Gandhi o comer por leones como los cristianos, confiando en que la vergüenza caiga sobre el malvado. Los puros, como se ve, suelen ser unos hijos de puta de mucho cuidado.
Me extraña que Ciudadanos, que se dicen racionales, exija como paso previo que se inmolen o sean quemados dos individuos que están siendo investigados y a los que les caerá lo que corresponda. Una negociación es el culmen de la civilización y se basa en que casi todo, si no todo, es objeto de comercio. Pero eso exige un otro con el cual negociar. Las condiciones previas están muy bien, pero sólo para establecer precisamente eso: somos dos, en pie de igualdad, quienes se sientan. Imponer de entrada la exigencia de que el adversario, que podría acabar siendo socio, se confiese culpable, muestre arrepentimiento y acuda sumiso y desde el inicio vencido, es claramente atrasar a la casilla número uno. Yo soy puro y tú no.
THE UNBELIEVERS
Documental en el que, como si fueran estrellas del rock, la cámara sigue a Richard Dawkins y Lawrence Krauss en su gira internacional de diálogos en público promoviendo el ateísmo militante. Ojo, no son los conciertos, es el backstage.
Dawkins y Krauss son ardientes defensores de la ciencia contra el ateísmo y, también aunque se olvida, contra las ideologías que pretenden mediatizarla. Defensores de la ciencia dura y las explicaciones racionales. Por esto resulta un poco extraño el tono, no sólo el del documental, sino también el de los cortes elegidos de sus intervenciones. Por momentos parecen hacer proselitismo casi al estilo religioso. Uno piensa que las evidencias bastaría enunciarlas para que se expliquen por sí solas, pero a veces actúan como profetas de una nueva fe. Si alguien busca un resumen de los libros o un desarrollo mínimo de las ideas de ambos que sepa que no las encontrará.
Produce envidia ver que en ciertos lugares dos científicos llenan, sólo para verlos charlar de ciencia en un escenario, auditorios de miles de butacas y que firman autógrafos y les piden fotografías como a estrellas del rock. Por lo demás, como tantas veces, mejor los libros: The God Delusion o A Universe from Nothing.
RUNNING ON AUTOPILOT
«from all the behavioral studies that are coming out of neurology these days, i just don’t see where humans are rational. that truly must be one of the greatest myths of our time. sure, some people are occasionally able to engage in some semblance of logic when they think about certain things, but the vast, vast, vast majority of humans are really running on autopilot — and even those of us who might just possibly have one or two neurons that can string together a logical thought — even most of us run on autopilot most of the time, too.»
BOTOX PARA EL ESPIRITU
Todos sabemos que la filosofía es una excrecencia del espíritu apático. Una enfermedad leve, un malestar difuso, la secreción de un alma herida o saciada. Como la perla o el ámbar. Pero antes de saberlo, ya lo sentimos. A edad adolescente, cuando el cuerpo bulle y el cuero que nos cubre está aún nuevo, brillante y sensible, nos hablan de la tierra, el aire, el agua y el fuego, de cómo todo fluye, de cavernas y sombras, de sustancias y formas. En esos instantes el cuerpo pide marcha y vida y nos inundan de decadencias y dudas. De disminuciones del espíritu en forma de limitaciones, adecuadamente ordenadas. Ahí empieza nuestro declive.
Adán y Eva, heridos de muerte por el aburrimiento sin sobresaltos del Paraíso buscaron el conocimiento comiendo del árbol de la sabiduría. Ésa, la falta de ilusión, es el origen de la búsqueda del sentido. Eso sí, nada más ser expulsados, y supuestamente en posesión de la sabiduría, empezaron las desgracias y la diversión. Nada más salir “Adán se unió a Eva” y concibieron a Caín. El primer polvo. Antes estaban desnudos pero no sentían vergüenza. Aquí la duda. Es el sexo es la conclusión a la que llegaron al adquirir la sabiduría o un intento de olvidarla. Más me inclinaba por lo segundo, pero. Read More
CON CONDÓN
Un día de marzo, en un burdel en Nueva Orleans, una negra del oficio me habló y cambió mi vida. O mejor, el mismo Dios me habló usándola a ella como instrumento, y cambió mi vida. O cambié yo y mi vida, ese tiempo que arrastramos, cambió conmigo.
Como Dios nunca me había hablado antes en un primer momento no presté atención. Me cogió por sorpresa. Aunque tengo claro que Dios tiene una cierta preferencia por las putas siempre pensé que era un interés muy abstracto. Una cosa como parabólica o metafórica. Que le daban juego como símbolo de algo. El caso es que me pilló a contramano que me hablara esa puta y no fuera realmente ella sino el mismo Dios. Y además, la hora que era. Uno se imagina que Dios da sus mensajes a las doce del mediodía. La hora del Ángelus, de las ceremonias importantes, de las bodas reales, las misas mayores y tal. A las cuatro de la mañana y en una casa de putas lo último que uno espera es que le hable Dios. Ni Dios ni nadie. Si te llaman a las cuatro de la mañana y te dicen que has ganado el Nobel cuelgas. A las doce del mediodía, a nada que seas algo crédulo como yo, hay una posibilidad de que tragues. Das las gracias humilde y educado y preguntas “pero hay que comprar algo” o “lo mandan a casa”. Las doce del mediodía es una hora seria, adecuada para mensajes serios. De los que te cambian la vida. Si das esos mensajes a las cuatro de la mañana y no te atienden, no te quejes. Read More
MUY HUMANO
Cumplir años es, con el alto grado de certeza de los impuestos, morirse un poco. Yo los cumplo en plena campaña del IRPF y siempre acabo dándole vueltas al borrador de mi vida. También es verdad que al final lo confirmo un poco desanimado, con ese convencimiento de la desgracia inevitable, con la certeza de que ahorrar un euro o mejorar una pizca exige un esfuerzo para el que no estoy dotado. ¿Por qué razón habría yo de darle vueltas si no voy a hacer nada? La respuesta está en que preocuparse y no actuar reúne la racionalidad que nos hace humanos con el merecido descanso que la civilización promete. Y yo soy muy humano y civilizado, si lo miramos con esa vara de medir.
Recordar cosas las distorsiona, lo cual también es muy humano. No sólo se van detalles y se añaden otros, lo cual ya es cabrón, sino que también se empeña en funcionar como las influencias literarias. Cualquier cosa de cualquier tiempo pasado es antecedente e inspiración. A un fracaso o una alegría de hoy encontramos causa no sólo en lo que ocurrió ayer sino en el más remoto pasado. Así la razón de éste dolor de cabeza puede estar de las muchas copas del sábado o aquella caída de bicicleta en el instituto en la que te golpeaste la cabeza. Depende un poco, un poco, de lo delirante del día.
Otra cosa que es muy humana es hacer y decir tonterías. Eso es lo que nos une a los delfines y a los monos, que se dedican a hacer tonterías en el mar y en los árboles y sentimos, de inmediato, un no sé qué interior. Un reconocimiento mutuo en la estupidez interespecies, un no estamos solos. Si bajaran o bajasen los extraterrestres como los pintan en novelas y películas seguiríamos pensando que no hay vida inteligente en el universo. Al menos hasta que probaran cumplidamente ser unos memos medio retrasados llegando aquí por casualidad, perdidos por culpa de un piloto que restó donde había que sumar, o en un aterrizaje de emergencia, porque se quedaron sin combustible. Ahí si, veríamos claramente a la humanidad.
Es muy humano, también, no decir las cosas claras. No decir, por ejemplo, tengo hambre, quiero más, sube al coche, bájate las bragas, estamos perdidos, vete, ven, me gusta, no quiero, yo ya. Y así.
COM’È GENTIL
La única razón por la que maldigo mi incapacidad para afinar dos notas seguidas es que jamás podré cantar el “Com’e Gentil” del Don Pasquale de Donizetti. Normalmente me conformo con escuchar música y desafinar tarareando, pero ésta en concreto me hace desear cantarla. Bien.
No soy fan de Pavarotti, pero me parece la mejor versión, aunque lo veo brusco y al coro poco fino. Las demás que encuentro no terminan de gustarme. En la ópera se canta la primera parte desde bambalinas y suena lejana, acercándose poco a poco, cosa que ésta grabación no respeta y hace que pierda.
TORTILLA DE PATATA
Entro y enciendo las luces, que parpadean dos veces, tres, e iluminan primero poco, y poco a poco, más. Sé qué quiero, sé qué busco, es mi espacio, son mis cosas, controlo el dónde y el porqué. La luz podría haberla obviado los cinco primeros minutos, lo sé, lo siento en los huesos. Dos pasos al frente y abro la nevera en la que se acomodan a la espera fiambres, quesos, lechugas, tomates, salsa de soja, champiñones, nata. Y restos de comidas. Sé que una luz blanca, mortecina y hospitalaria, alumbra ahora mi rostro e imagino ese plano más lucido en blanco y negro. Una croqueta en un platillo, muerta de frío, esperando, sumisa, una muerte rápida y no ésta, lenta. Agarro los huevos y cierro la puerta. Read More
EL HOMBRE QUE AMABA A LAS MUJERES
¿De verdad soy el único al que la novela Los hombres que no amaban a las mujeres le parece la ensoñación de un cincuentón salido?
El protagonista está divorciado, pero se lleva bárbaro con su ex; tiene una hija adolescente a la que apenas ve y con la que se tiene una relación estupenda; fue novio y se sigue acostando con su socia y jefa, casada, con la que mantiene una gran amistad; se tira a la protagonista, la tipa más rara de Escandinavia y todo va mejor entre ellos; y se folla a la cincuentona que aparece milagrosamente desde Australia, con la que tiene buen rollo y que le invierte en un negocio.
Ese personaje es la fantasía de quien no se ha comido más de dos colines en su puta vida, no entiende a las mujeres y se deja transparentar tanto que da cosa.